Lo más difícil del mal de amor

Todos conocemos al menos una canción que hable del desamor, del mal de amor, del despecho, de estar «dejado» o «maleteado».

Esas letras que componen extraños e interpretan otros, que a veces sentimos como nuestras y las cantamos con aquel sentimiento, hayamos o no pasado por una situación así. Simplemente conectamos con la pasión y la hacemos nuestra.

Pero, ¿Qué pasa cuando realmente nos toca vivir el despecho? ¿Nuestras vidas se convierten en un musical de lamentos y tristeza?

No lo sé. No lo creo.

Minientrada sexual, vol. 15

Te deseo, como quien tiene un antojo que no logra descifrar,

como quien desea un chocolate, por nombrar algo, aunque sepa que es pecado.

Que con solo una probadita ya se daría por complacido.

Pero mi problema contigo es que no solo quiero una probadita,

quiero tenerte siempre, mirarte, recorrerte, amarte,

que te embriagues de mi en un viaje sin retorno.

Que encontremos en el otro la facilidad de reinventar el amor cada vez que toquemos la cama.

Que cada amanecer renueve la fuente del deseo que nos alimente durante el día.

Y que al caer el sol, las fantasías se den por realizadas debajo de las sábanas

Una mirada tuya y me doy por perdida en ese mar para siempre.

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El soundtrack de esta entrada es Juanes – Pa dentro

La deshumanización empezó por los hospitales del país

– Hola, buenos días. Vengo a donar sangre para una paciente a la que deben transfundir hoy.

+ ¿Tienes cita para hoy?

– ¿Es por cita?

+ Sí y ya recogí todas las cédulas. Haz la cola de rezagados a ver si queda chance.

Mini entrada sexual, vol. 14

¿Qué tienes? Que tanto tiempo después eres aún capaz de encenderme de placer.

Estoy casi segura de que eres un manipulador de primera. Sabiendo siempre usar las palabras que logran activar mis sentidos.

No creí que fuera posible. Es más, no quise que pasara de nuevo.

Me había prohibido fantasear de nuevo contigo hasta que… Bueno. Una foto, un comentario subido de tono, y llegué de nuevo al placer de recordar tus manos en mi cuerpo.

Ven, ven descargar en mi las ganas que te has estado reservando.

Ven, ven pronto que quiero volver a recorrer cada centímetro de tu piel. Cada pliegue, cada gota.

Mi espalda suplica que la recorras como en nuestras fantasías.

Mis piernas llaman a gritos a tus manos.

El resto de mi… Bueno. Digamos que es censurado.

¿Qué tienes?

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El soundtrack de este post es Sean Paul ft. J. Balvin – Contra la pared

Mini entrada sexual, vol. 13

Hay un par ojos diferentes que me miran en esta habitación.

No son tus habituales verde mar. Son unos ojos castaños que me ven con igual morbo que los tuyos.

Hay unas manos pequeñas y muy suaves que comienzan a acariciar tímidamente mi piel.

Suben y bajan por mis piernas, llegan hasta mis muslos. De allí brincan a mi cintura y van a marcar entrada en la curva de mis senos.

Minientrada sexual, vol. 12

Anoche soñé contigo,
desperté sintiendo tu mirada sobre mi.

Tal y como en el sueño, sentía que me recorrías con la mirada tratando de no levantar sospechas.

Te inclinaste hace mi y esperaste el momento perfecto para decirme esas tres palabras, dejándome sin aliento y con la adrenalina a mil.

Tu cara de pícaro indecente me despistó de tus verdaderas intenciones.

Minientrada sexual, vol. 11

Llámame pesimista si quieres,
pero jamás pensé que una pregunta a las 3:00am
despertaría esta pasión y deseo que ahora siento por ti.

Algo tuvo esa madrugada que ahora tomo duchas a medianoche
solo para entrar a una habitación helada y quedarme allí, desnuda.
Sentir como el frío recorre mi piel mientras que por dentro me comienzo a calentar.

Esperar paciente pero ansiosa,
dejar volar mi imaginación solo para idear una fantasía nueva.
Compartirla contigo y convertirte en mi cómplice de caprichos.

Este corazón…

Nací con un corazón débil para sufrir y fuerte para amar.

Vino programado para desprenderse de señales adversas cuando le sugieren que se aleje de ese querer.

Que si le hará daño, que si lo romperán de nuevo, que si le hará latir más lento…

Este corazón se hace de oídos sordos cada vez que le da la gana.

Y es que palpita al ritmo que se le antoja cuando cree que consigue lo mejor para sí.

Se vuelve egoísta de vez en cuando y no razona ni quiere entender.

Es un corazón que se hincha de placer cuando ve al otro sonreír. Un corazón que se arruga como una pasita cuando escucha un llanto venir.

Es un corazón que se acelera cuando sabe que estás por llegar. Que se entristece cuando ve la hora de partir.

Un corazón que no sabe medir el tiempo, ni la distancia, ni el amor que entrega.

Solo conocer de dar, de amar, de derrochar para complacerte.

Porque es un corazón que nació programado para no pensar en sí, sino en ti.

En ti, que hoy lees esto con tu corazón de madera que no imagina lo que yo siento.

Minientrada sexual, vol. 10

En el piso de arriba hay un salón especial,
quizás no sea cierto, pero así lo quiero imaginar.

Solo tenemos lo necesario para disfrutar:
un mueble, una silla, una mesa y una media pared.

Tal vez todo sea producto de mi imaginación,
pero un día soñé que me hacías el tour completo.

La media pared para tomar impulso,
romper el hielo y recorrer tu cuerpo.

Minientrada sexual, vol. 9

Aún sin mirarme, sin siquiera tocarme, logras encender mi deseo por ti.

Es un deseo que duerme atento a sentirte cerca, a olerte, a acariciarte.

Una frase de tus dedos dibujada en mi silueta podría encender un bosque entero.

Hay una llama dentro de mi que espera paciente, tranquila, sabiendo que volverás.